Pasos para evitar las enfermedades profesionales musculoesqueléticas

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Se considera una enfermedad profesional si se demuestra que la actividad laboral ha desempeñado un papel significativo en la aparición, agravamiento o mantenimiento de la enfermedad.  

Los requisitos formales que se tienen que cumplir para ser declarada una enfermedad profesional son los siguientes:

  • Existir evidencia demostrable de que la enfermedad fue causada directamente por factores presentes en el lugar de trabajo
  • Ser el resultado de una exposición prolongada o repetitiva, no de un único evento
  • Estar reconocida en la legislación laboral (por ejemplo, en España, estar incluida en la lista del Cuadro de Enfermedades Profesionales del Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre)
  • Afectar la capacidad de la persona trabajadora para realizar sus funciones habituales o reducir su productividad.
  • Existir una evaluación médica y pericial. Un profesional de la salud debe diagnosticar la enfermedad y establecer el vínculo con las condiciones laborales.

En el caso de enfermedad profesional musculoesquelética es el resultado de la exposición prolongada a riesgos laborales como movimientos repetitivos, posturas incómodas, manejo de cargas pesadas o vibración mecánica. Por ejemplo, una bursitis subacromial en un pintor tras años de movimientos repetitivos (es una patología del manguito de los rotadores del hombro).

Una razón, aunque no la única, por la que las empresas deben de actuar en los casos que sus empleados sufran trastornos musculo esqueléticos, es porque estos trastornos, al inicio habitualmente leves, pueden convertirse en enfermedades profesionales.  Estas enfermedades profesionales, a su vez,  pueden afectar de por vida a la vida de las personas y pueden acarrear problemas serios en las empresas (visitas programadas de la Inspección de Trabajo, recargo de prestaciones por parte de la Seguridad Social…).

Para prevenir que se generen enfermedades profesionales musculoesqueléticas, y todos los problemas que éstas generan, se recomienda que cuando aparecen problemas de lesiones musculoesqueléticas en un lugar de trabajo se realicen estas actividades:

  • Identificar cuál es el peligro y qué factores de riesgo intervienen
  • Evaluar los factores de riesgo
  • Buscar soluciones ergonómicas para eliminar o mitigar los factores de riesgo
  • Implementar las soluciones
  • Valorar su efectividad

En la mayoría de los caso la soluciones ergonómicas no supondrán un esfuerzo económico importante y sin duda reducirán costes a corto y medio plazo y problemas mayores en el largo plazo.